Pensamiento estratégico

Hablar de estrategia es hablar del futuro, implica planeación e innovación y busca como resultado una evolución.

En un entorno tan competitivo como el actual, donde los cambios económicos y tecnológicos se dan a pasos acelerados, las organizaciones deben reforzar las estrategias que les permitan crecer en el mercado, manteniendo niveles óptimos de productividad, eficiencia y calidad en sus productos y/o servicios.

Ante la presión competitiva, el pensamiento estratégico se convierte en un beneficio invaluable de las organizaciones que les permite enfrentar situaciones difíciles del presente y estar preparados para el futuro.

El pensamiento estratégico implica conocimiento, análisis y creatividad. Conlleva una actitud proactiva para anticiparse a los problemas que pudieran presentarse y considerar los recursos que se deben administrar.

El pensamiento estratégico precisa desarrollar hábitos de disciplina y persistencia que ayudarán a ejecutar procedimientos efectivos. Así mismo demanda flexibilidad para adaptarse a los cambios constantes.

Desarrollar y fortalecer las habilidades que refuercen un pensamiento estratégico que involucre al mayor número de colaboradores, ayudará a que las decisiones que se toman en el día a día encajen en los intereses a largo plazo, alentará a los colaboradores para enfocarse en el logro de objetivos comunes y propiciará el crecimiento en todos los niveles de la organización.

Lic. Alejandra Fernández Guerra Gerente de Administración en ROCA, cofundadora de involved y activista del emprededurismo femenino.