Entrega valor de uso continuo: El cliente como el centro de los objetivos y con retroalimentación constante que valide el rumbo de las acciones.
Adaptación: Entender que la rapidez de los mercados y la exigencia de los requerimientos son muy cambiantes y debemos ser capaces de estar en el ritmo.
Mejora continua: Invertir en las literaturas que refuercen la preparación, conocer las experiencias buenas y malas y aprender de ellas.
Equipos de alto rendimiento: La correcta motivación positiva para los equipos de trabajo, claridad en las funciones, los objetivos y en las estrategias, la comunicación asertiva y abierta a la retroalimentación; son factores básicos en los entornos de creatividad y potencializan la productividad.
Y por último, pero no menos importante, este enfoque de pensamiento es colaborativo y debe ser trabajado al interior de las organizaciones y con todos los integrantes, está muy lejos de los entornos impositivos y unidireccionales donde un gurú sabio definía el camino.