• Inteligencia emocional: como líderes transmitimos emociones que pueden generar un impacto positivo o negativo en el equipo de trabajo, por ello será importante mantenernos con una postura definida, segura y positiva.
• Empatía: Debemos reconocer que el cambio drástico en la manera de trabajar ha significado un reto mayor para algunos de nuestros colaboradores que no tienen un entorno idóneo para las actividades laborales, por ello debemos mostrarnos empáticos y flexibles.
• Motivación: Un equipo motivado, es un equipo productivo. Uno de nuestros objetivos como líderes es mantener motivado al equipo. El distanciamiento al que nos vemos obligados no debe ser sinónimo de frialdad en el trabajo, podemos reconocer y recompensar, compartir y celebrar los logros del equipo con todos sus integrantes.
• Uso de la tecnología: Apoyarnos de soluciones tecnológicas facilita el acceso a los recursos de la compañía (correo, base de datos, aplicaciones) y favorece la comunicación a distancia con un toque humano, por ejemplo, en las vídeo llamadas.
Nuestro objetivo como líderes debe ser estar en constante aprendizaje, desarrollando las habilidades que nos permitan perfeccionar nuestra capacidad de gestionar equipos y actuar, buscar la solución a cualquier situación a la que se tenga que hacer frente y avanzar.